lunes, 27 de abril de 2009
















En Berlin, los niños devoran sus brazos cuando tienen hambre.
En Berlin, los trenes circulan sobre las cicatrices.
En Berlín, la tierra se humedece al contacto con el sol.
En Berlín, todos se vigilan y el vagabundo se siente arrojado a la libertad.
En Berlín, la noche brilla más que el día.
En Berlin, los museos son reservorios para la barbarie.
En Berlín, el atardecer se ha mudado al este.
En Berlín, la frontera es invisible, pero tiene peso de acero.
En Berlín, sólo una ciudad es real: las demás son añicos de su reflejo.

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