miércoles, 25 de junio de 2008

Una oferta inmejorable

Amiguitos!!! He cumplido ya 37 años en estado de ingravidez. ¿No es toda una proeza, llevar tanto tiempo sin salir de mi órbita estratosférica? Para celebrarlo, aquí tenéis esta primicia de fotorealidad que me brinda un amiguete (merci, Paco). Para que luego vayáis dándole a la lengua y digáis que no hay nada interesante que fotografiar...


Venga, se admiten apuestas. ¿A qué llamos al dichoso número y responde el capullo de Berlusconi?

viernes, 20 de junio de 2008

Vaya sueñecito...

Qué mierda de noche. De calor, y sábanas pegadas y pesadillas. Ayer soñé que estaba en casa de mi abuelo. Vaya usted a saber porqué. De repente se abría la puerta y entraba él. Se me quedaba mirando extrañado, pero no decía nada. Traía las manos extrañamente retorcidas; las uñas largas como las de un vampiro de la Hammer. Dedos largos y blancuzcos. Soy yo abuelo, le decía, ¿no me reconoces? Y entonces comenzaba a llorar sin hacer ningún ruido. Unos lagrimones gigantescos que le resbalaban por las mejillas. Y con el llanto se le iba borrando la cara. Y antes de que me diera cuenta estaba frente a un señor desconocido que me miraba como pidiéndome perdón por estar allí. Luego, este mismo señor se escurría por una especie de trampilla que había junto a una ventana y cuando me disponía a asomarme aparecía una mujer. Una mujer que no conozco de nada pero que me miraba con ganas de echarme de allí. Casi lo consigue, que me vaya de allí pitando, aunque ha sonado antes el despertador.

Lo dicho. Qué puta mierda de noche.

lunes, 9 de junio de 2008

Proibido proibir

Bueno, estáis a punto de que os persuada de que la revolución de la pequeña fotografía, de la impresión casual, es igualmente estimulante y aterradora. Como botón de muestra os dejo esta instantánea, tomada en cierta carretera de nuestra piel de toro (que no diré cuál), que reconoceréis que no deja indiferente. De verdad, la he tomado desde aquí, desde mi jaula en órbita, no me la he bajado de internet ni nada. Me bajé del vehículo, eso sí, para tomarla. ¿Me quitarán algún punto de mi licencia de cosmonauta? ¿Lo permite esto el código? Lo de viajar con ojos en la nuca para ver pasar imágenes memorables mientras se conduce, me refiero. Ups, mejor no sigo indagando...no sea que me proiban algo.

Ese cohete

Va por delante que sé que no me habéis creído ni por un instante cuando he afirmado que con un simple teléfono móvil pueden tomarse instantáneas asombrosas. Pues aquí está la prueba, botarates. Para quien no lo sepa, eso que se ve en la imagen es el cementerio de San Fernando, en Sevilla, que es donde van a parar los sevillanos cuando la parca viene a hacerles la liquidación del IVA. Y yo he conseguido, con una lente de risa, fotografiar esa estela meteórica que no es sino el buenazo de mi abuelo mientras era propulsado desde los rigores insustanciales que disponen los mortales para quitarse el miedo a la muerte, a las más altas estratosferas de la gloria y el recuerdo. Así voy a recordarle: impulsado en mitad del cielo, viajando a toda leche hacia ninguna parte, inmortalizado en un cacharrito que ya tienen todos los niños por la comunión. ¿Quién dice que esto no es la misma revolución? Fotografiémonos todo el rato, unos a otros, vamos a impresionar al resto del mundo con una larga lista de unos y ceros, vamos a dejar boquiabiertos a tantos incrédulos. Espero que no os pongáis a tiro, porque con mis lentes de aumento y mi gran angular desde mi cápsula puedo verlo... todo.

domingo, 1 de junio de 2008

Y fin de la semana

Y vaya semanita rara, cargada de trabajo y lumbalgias. Se ve que se acerca el verano y queremos ir dando carpetazo a todo lo que hemos dejado por hacer en el invierno. Curioso, como si fuéramos aves migratorias, siempre repitiendo los mismos gestos en la misma época. A mi hay ocasiones en que también me entran ganas de volar hacia el sur, para ser francos, pero todavía no me han salido las alas.

Por cierto, no sé si os dísteis cuenta, pero este blog que un día arrancó sin propósito determinado va camino de convertirse en una especie de fotodiario. Sorprende la cantidad de instantáneas que uno puede acaparar sólo con llevar encima el teléfono móvil. Están ahí, esperando a quien se acerque y les preste el poquito de protagonismo que se merecen. Pues eso, que a partir de ahora váis a ver muchas más imágenes, de esas que uno colecciona por casualidad, pero sin hacer nada para evitarlo. ¿Queréis mandarme las vuestras? ¡Estáis invitados!!!!!!!!!!!!!

PD: Sigo echando de menos a mi abuelo. Es como si una pieza que hacía un trabajo invisible en mi familia hubiera desaparecido de repente. Ahora caigo que una generación entera de mis antepasados ha desaparecido...