lunes, 25 de mayo de 2009

El Chi-rin-gui-to














La misión sigue adelante, terrícolas. Esta vez, entregado hasta las últimas consecuencias a mi dura labor de exploración, me adentré en los peligrosos márgenes del río Spree. Como una especie de Mekong centroeuropeo, el Spree oculta horrores que harían empalidecer al mismísimo coronel Kurz. Sin embargo, también tiene su cara amable. Por favor, presten atención a la foto que adjunto, en la que es posible apreciar una típica construcción berlinesa: el chiringuito.

Efectivamente, esta especie de barraca de madera a pie de playa abunda en esta ciudad. Los chicos y chicas del lugar vienen aquí a entregarse a inocentes juegos románticos y beber refrescos espumosos mientras contemplan el agua, que en estas latitudes tiene ese brillo que sólo el anticongelante y otros deshechos industriales saben darle. He hecho algunas averiguaciones y esto lo inventaron los soldados alemanes que estuvieron destinados en África durante la segunda guerra mundial, al mando del general Rommel, un ilustre chiringuitero que siempre que podía abandonaba el frente para acercarse a la barra. Tanta arena todo el día tenía que servir para estimular la imaginación. Observando detenidamente la actitud del lugareño de la foto, no cuesta mucho explicar porqué perdieron la guerra. Pero es que no se puede estar en todo.

Berlin 24 ºC. Corto y cierro.

sábado, 23 de mayo de 2009

Sigo aquí

Amigos
He completado el proceso de reubicación. Para mejorar mi integración entre los nativos me he mudado al muy elegante, pero también singularmente golfo barrio de Prenzlauer Berg. Por ahora eso es todo. Seguriré informándoles puntualmente de mis progresos.
Berlin, un fresquito de cojones. Corto y cierro.

jueves, 14 de mayo de 2009

Proyecto OBNI (II)

Muestra nº 2
Lugar de extracción: Hackescher Höfe
Posible relación: Carlos (ver entradas antiguas)


Berlín 18 ºC. Corto y cierro.

domingo, 10 de mayo de 2009

Algunos hallazgos (IV): Butoh

A estas alturas ya deben saber que los berlineses son amantes de las danzas tradicionales. Si revisan algunas entradas antiguas de este blog sabrán de qué hablo. Sin embargo, cuando ya creía haberlo visto todo me he enfrentado a un nuevo hallazgo sensacional: el Butoh. Aunque lo he buscado en el diccionario el término no aparece, pero deduzco que es un derivado de "Butter" (mantequilla) y "Tod" (muerto), es decir: buttod=un muerto en manteca (o algo así). La etimologia se explica porque es tradición untarse de alguna materia pringosa antes de efectuarla, con objeto de tener un aspecto cadavérico francamente inquietante (échenle un ojito a la foto que adjunto). Pero vayamos a la danza, que es lo interesante.
Durante un espectáculo de Butoh como el que he tenido ocasión de presenciar, lo fundamental es dar miedo. Para empezar te cobran por lo menos 9 euritos y no te dan ni las gracias. Después se escoge a alguien que tenga alguna patología neuronal que le impida apreciar una dulce melodía, para así asegurarnos una banda sonora aterradora. Seguidamente se escoge un bailarín suficientemente escuálido para dar pena y se le embadurna hasta las pestañas de manteca. A este bailarín sólo se le proporciona un calzoncillo muy pequeño con cierta holgura en las costuras de los flancos, por la que debe escapar parte de la pilosidad inguinal del sujeto. Finalmente se le dan instrucciones para que siga la música con movimientos espasmódicos que incluyen, por ejemplo: contracción pélvica compulsiva, saltos pulguiformes, elongación de las canillas inferiores o elevación peripatética de las axilas. El momento culminante del espectáculo llega cuando, después de un brinco inesperado, al individuo se le escapa por un lado de los calzoncillos parte del paquete escrotal y una generosa masa de vello púbico. Aunque el público disimula su emoción por respeto, se puede ver en sus rostros que un sacrifico corporal tan expresivo les llega muy hondo.

Por cierto: rechazen imitaciones japonesas que son como los transistores, más baratos pero todo vacios por dentro. El auténtico Butoh es un invento Alpino, como las navajas multiusos, Heidi o el coito con la especie lanar.


Berlin 22 ºC. Corto y cierro.

sábado, 9 de mayo de 2009

El arte del camuflaje III














Terrícolas: sigo empeñado en progresar en esto del camuflaje urbano. A pesar de la última decepción, he estudiado con más detalle y rigor la variedad de la vestimenta nativa y he llegado a la conclusión de que ya estoy preparado para ser un auténtico berlinés. Para no volver a meter la pata he preferido prescindir de los consejos de control y hacer una pequeña encuesta entre mis allegados del planeta. Por eso les dejo esta foto, tomada haciendo uso de mis habilidades para las acciones relámpago y el movimiento felino, dentro de una tienda a la que acuden los berlineses a hacer sus compras. Bueno, qué les parece: ¿no es como si fuera vecino de toda la vida de Ángela Merkel?

Berlin, 20 ºC. Corto y cierro

sábado, 2 de mayo de 2009

chapuzas

Amigos, con esto de vivir en Berlin se me están cayendo muchos mitos. Por ejemplo, ese de que los alemanes son gente ordenada y eficiente. Lo que son es unos chapuzas!
Figúrense que medio Berlin parece a medio construir. Para colmo, son especialistas en no terminar lo que empiezan. Por toda la ciudad hay restos de un muro espantoso, probablemente de algún proyecto inmobiliario que nadie se ha molestado en concluir. Así que uno va andando... pongamos por Postdamer Platz, y se encuentra trozos de la dichosa pared por todas partes. Por si eso fuera poco, tampoco es que sean muy civilizados. A los chavales les ha dado por pintarrojear los cascotes con esa cosa horrible que ellos llaman "grafitti" y el ayuntamiento no se molesta en limpiar ni nada. Lo dicho, una vergüenza. Para que vean que el menda no se inventa nada, aquí tienen esta foto como botón de muestra.
Berlín, 26 ºC. Corto y cierro.

viernes, 1 de mayo de 2009

Notas e intrusiones

Hola terrícolas
Toda misión tiene sus puntos altos y bajos y yo me he levantado un poco perezoso. Me he quedado en casa porque hoy celebran una extraña fiesta del folklore berlinés en la que la gente tira piedras y botellas contra la policía y luego se deja detener para que le inviten a comer en comisaría. También celebran el día de los trabajadores, pero consiste en que nadie trabaja. Como todo me ha parecido un poco absurdo he decidido prescindir por hoy de la observación participante. En Berlin hace bastante calor, así que miro todo el montón de ropa de invierno que traje y me pregunto porqué control no me advirtió de estos cambios climáticos...
Pronto me mudaré de emplazamiento. Este ya no es seguro. Aunque espero poder seguir mandando mis pequeñas crónicas con regularidad. Por cierto, tengo que revisar los agujeros de mi sistema de seguridad. Creo que un intruso malintencionado ha colgado la entrada anterior. Puede que algún vulcaniano resentido, o un desviado de alguna de las colonias satélites de Beltegeuse ¿Qué es esa vana debilidad literaria en medio de una misión seria como esta? No volverá a ocurrir. Palabra de cosmonauta!

Berlin, 22 ºC (y subiendo). Corto y cierro.