jueves, 2 de abril de 2009

Algunos hallazgos (III)

Además de Carlos, hay otros personajes típicos en Berlin. Por ejemplo, el llamado "to-re-ro". Esta es una figura humana, habitualmente masculina, representada vestida de una curiosa forma que nunca pasa desapercibida, basada en un traje lleno de tachuelas doradas. También es frecuente que se le asocie con el Toro, un animal corriente en las vastas praderas del Bajo Rhin, a quien lleva a pastar de vez en cuando y le cariñosos golpecitos en el cogote, mientras se sirve de una larga espada para ahuyentar posibles depredadores.
Además de cuidar del ganado, el torero no parece tener otra función. No obstante, aunque no he podido contrastarlo personalmente, el hecho de que use unos pantaloncillos muy ajustados que resaltan la contundencia de su mimebro viril, siempre escorado hacia un lado u otro de su entrepierna, sugiere algún tipo de función ritual asociada a la fertilidad. Por ejemplo, desflorar a las vírgenes de la tribu para que no tenga que hacerlo un hombre bruto y sin experiencia, o favorecer una cosecha abundante espermatizando los huertos a diestro y siniestro.
Berlin, 16 ºC. Corto y cierro.

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