domingo, 24 de febrero de 2008

El domingo visto desde aquí

Aunque no lo creáis, el fin de la semana resulta tan melancólico contemplado desde una órbita personal alrededor del planeta como desde cualquier otro lugar. De repente, esa sensación como de que la vida tiene tanto sentido como los anaqueles vacíos del desavío de la esquina. Con un poco de suerte no habrá nada: sólo un lento despeñarse hacia el lunes. Sin vértigo. Sin emociones. ¿Seguirá siendo así siempre? Igual me pregunto esto y alguien ve la estela de mi cápsula surcando el cielo de la noche. Siento ponerme sensible, pero me hace tanta ilusión ser sólo una breve luz que se desplaza en vuestro campo de visión... no me lo toméis a mal. Con un poco de serenidad todo parece sencillo; aunque no lo sea. Os dejo con vuestro fútbol, vuestros pastelitos y vuestros trajes de domingo. Que yo me voy a descansar.

1 comentario:

Paloma Contreras Pulido dijo...

Estupendo Iván, es exactamente tal y como nos sentimos muchas personas, más de las que creemos. Después de una semana donde casi no nos da tiempo a ver pasar las horas, y los días se estiran y estiran cargados de adrenalina y energía, llega el fin de semana y esa ansiedad vuelve convertida ahora en necesidad acuciante por alimentar el vacío que nos dejó la "dieta" a la que nos vemos sometidos cada sábado y domingo.
En fin, fines de semana, un espacio para soñar, soñar y soñar...(ah, y para disfrutar con el fútbol ;)
¡Enhorabuena por el blog, me encanta!