miércoles, 24 de diciembre de 2008

El planeta

Guau terrícolas. Llevo tanto tiempo flotando sólo en el espacio que ya había olvidado vuestras costumbres. Acabo de mirar por la escotilla y todo el jodido planeta se ha iluminado como una sola guirnalda de colorines. Es como si os hubiéseis puesto de acuerdo para fundir esa roca gigantesca y que arda como un fósforo en mitad de la oscuridad del universo. Increible. Entonces he consultado el calendario perpétuo que cuelga de la cabina y me he dado cuenta: la dichosa navidad. Los seres humanos son así: lucen con luz propia, pero lo mismo la utilizan para retar a las sombras que para consumirse en un fogonazo llevándose por delante todo lo que puedan. Pues nada, aunque sólo sea para no sentir que he perdido el paso voy a colocar unos espumillones y unas bolitas de alguna mampara en la cubierta de carga. Y mientras la fiesta aguante... que sea lo que Dios quiera.

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