viernes, 17 de julio de 2009

Mis experiencias con las nativas...















Bueno, ahora que he salido del armario del cosmonauta reprimido voy a reconocer algo que no aparece en los manuales de antropología exoterrestre: Las nativas también existen. Ciertamente, es difícil integrarse en una sociedad extraña sin formar parte de los juegos de cortejo propios del lugar. Aunque control lo desestime, la mayor parte de los cosmonautas lo hacen con mayor o menor exito. En mi caso, con un éxito nulo, despreciable, infinitesimal: cero patatero, vamos. Porque, admitásmolo, el tópico de la teutona fría como el hielo no tiene nada de tópico; más bien es una realidad palpable. Las berlinesas han respondido a mis intentos de aproximación con gesto adusto, maneras hieráticas y sensualidad enjuta y envarada. Sé que no creen nada de lo que digo. Por eso les adjunto documento gráfico, como siempre. Con lo cálidas que son las venusianas...

2 comentarios:

Manuel G. Mairena dijo...

chico encapsulado, deberías probar a no detener a las nativas con tu rayo congelante!!

(quién sabe cuándo mira por la escotilla y cuándo no...) dijo...

¿Qué rallo congelante? Iba a sacar la pistola... pero no parecía ilusionada.