viernes, 20 de marzo de 2009
encerrado
Amigos y amigas terrestres. Este fracaso de mi labor de camuflaje me ha dejado tan planchado que por unos momentos he dudado del entrenamiento que recibí en la academia de cosmonautas para afrontar situaciones hostiles. En consecuencia, he sufrido una leve alteración decreciente del impulso vital interno, que es lo que por aquí llaman un chasco. Total, que hoy me he quedado encerrado en casa, entretenido en mirar al cielo y leer alguno de los libros que traje para mi viaje. Todo ello pese a que vuelve a hacer un extraño día soleado en el que, paradójicamente, puede uno morir congelado... No obstante, este breve retiro me ha servido para comprobar lo agradable que resulta la vista desde mi ventana. Para poder compartirla con ustedes aquí se la cuelgo yo también. Siéntanse que se asoman a una ventana en una ciudad que no es la suya; y ya está.
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